El tercer trimestre ha supuesto un reto en lo que respecta al proceso de enseñanza y aprendizaje.
Las actuales circunstacias han propiciado un cambio metodológico, casi radical, pues se ha pasado de una enseñanza presencial a una telemática. No obstante, ya eran muchos los organismos y expertos en educación, los que invitaban a que el tratamiento de las TIC no se basase exclusivamente en la búsqueda de información, sino que, fuese un medio de interacción, creación e investigación, entre otras muchas funciones.
Aunque no debemos olvidar que la educación presencial es insustituble tenemos que tener muy claro que vivimos en la "era de la digitalización", por tanto, nos toca como docentes, favorecer el contexto en el que nuestro alumnado se relaciona, interactúa, se expresa y crea.
Lo anteriormente expuesto ha hecho que los docentes tengamos que aprender, en tiempo record, a trabajar de manera eficaz con los recursos digitales. A pesar del estrés que ha supuesto el tercer trimestre hemos aprovechado algunos (muy pocos porque son innumrables) de los elementos que estas herramientas nos ofrecen y además nuestra precisión y concreción, en cuanto a la propuesta de contenidos y tareas, ha sido mejor, creo que porque, posiblemente, hemos tenido muy presentes las circunstacias personales, sociales y anímicas de nuestro alumnado y su entorno.
Según Albert Einstein “sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos”. Por tanto, y para terminar, la crisis del Covid 19 ha supuesto un desafío para el proceso de enseñanza-aprendizaje, pues nos ha hecho variar nuestra "rutina metodológica" y nos ha empujado al uso de las TICs, y este empuje nos ha hecho interesarnos más por su manejo y funcionalidad, permitiéndonos conseguir resultados que hace muy poco tiempo no creíamos imposible.
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